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Modelo de comunicación de Wilbur Schramm

En su obra titulada «El Proceso y Efectos de la Comunicación de Masas», Schramm enriquece el panorama de los modelos lineales de comunicación que hasta entonces se habían explorado, tales como el modelo Emisor-Receptor, E-O-R, Shannon, Laswell, Weaver y Berlo. Esta contribución, presentada en 1970, expande la comprensión de cómo se estructura y se desarrolla la comunicación en contextos de masas. Schramm ofrece una perspectiva que no solo profundiza en los aspectos básicos de la comunicación, sino que también aporta ejemplos adicionales que enriquecen la comprensión de los procesos y efectos comunicativos en la sociedad.

1 El modelo descriptivo de la comunicación

Schramm se refiere a dos nociones importantes en su esquema de la comunicación:

  1. la necesidad para el Emisor y el Receptor de hablar el mismo lenguaje o hallarse en la misma longitud de onda.
  2. la influencia del comportamiento del Receptor puesta en evidencia por una nueva noción de feed-back

2 La comunicación según este modelo

El Emisor, como fuente de información, genera una señal tras haber dado forma a su mensaje mediante una codificación que no se limita a lo técnico, siguiendo el modelo de Shannon y Weaver, sino que principalmente implica la adaptación del mensaje en base a la experiencia o conocimiento personal del Emisor. De manera recíproca, el Receptor decodifica el mensaje recibido a través de la señal, basándose en su propia experiencia y conocimiento.

En cuanto al feedback, según Schramm, este es instantáneo: la codificación y decodificación ocurren casi simultáneamente, acompañadas de una interpretación de los mensajes. Esto facilita una respuesta inmediata del Receptor, que a su vez provoca una reacción instantánea del Emisor.

Schramm subraya que el término «comunicación» deriva del latín «commun» («communitas, atis» = «que pertenece a muchos a todos»; «comunidad, unión»). Al comunicarnos, buscamos establecer una comunidad con alguien, compartiendo información, ideas o actitudes. La esencia de la comunicación reside en la sintonización recíproca entre el Receptor y el Emisor para un mensaje determinado. Siempre se requieren al menos tres elementos en la comunicación: fuente, mensaje y destino.

Sin embargo, ¿qué sucede si algo falla? ¿Si la fuente no tiene la información clara o adecuada? ¿Si el mensaje no se codifica correctamente? ¿Si la transmisión al receptor no es precisa? ¿Si el mensaje no se decodifica adecuadamente? ¿Si el destino no puede manejar el mensaje decodificado para producir la respuesta deseada? En estos casos, el sistema obviamente no funciona a máxima eficiencia. La capacidad máxima del sistema depende de las capacidades individuales de cada unidad de la cadena, como la capacidad del canal para transmitir y la capacidad del decodificador para comprender. Si la codificación es adecuada, la capacidad del canal puede alcanzarse pero nunca superarse.

Un buen comunicador sabe cómo operar un canal al máximo de su capacidad, teniendo en cuenta la naturaleza de los lenguajes o códigos, y considerando la redundancia del idioma y del comunicador para asegurar la comprensión óptima del mensaje por parte del receptor. Esto implica ajustar la velocidad y complejidad del mensaje según las necesidades y capacidades del destinatario, introduciendo deliberadamente cierto grado de redundancia cuando sea necesario para facilitar la comprensión.

El concepto de retroalimentación o feed-back, según Wilbur Schramm, ocupa un lugar crucial en este sistema. La retroalimentación nos proporciona información sobre cómo se interpretan nuestros mensajes: desde el simple movimiento de la cabeza de nuestro interlocutor en señal de acuerdo o desacuerdo, hasta gestos como fruncir el ceño por confusión o apartar la mirada por pérdida de interés. Todas estas señales constituyen formas de retroalimentación.

A esta perspectiva de Schramm, podemos agregar otras consideraciones respecto al concepto de retroalimentación.

Por ejemplo, retomamos el concepto de aferentización de retorno, que se refiere a los sistemas autorregulados, es decir, aquellos cuya acción depende del resultado de esa misma acción. No obstante, estos sistemas no son completamente cerrados, ya que su acción repercute en el mundo exterior, y el resultado de esa interacción se convierte en información para una posterior regulación de la acción del sistema.

K. Anojin, en su esquema sobre la actividad refleja, presenta una síntesis aferente como el conjunto de estímulos que surgen de una situación específica. Estos estímulos actúan sobre el cerebro a través de diversos canales sensoriales como el visual, táctil, olfativo, auditivo, entre otros.

El cerebro, en este contexto, funciona como un órgano de comando que señala las acciones fallidas que deben corregirse. Es importante distinguir entre empatía e identificación: mientras que en la empatía existe cierta distancia y comprensión del sentimiento del otro sin llegar a identificarse plenamente con él, en la identificación no hay distancia y se experimenta el sentirse como el otro. Es decir, en la empatía se reconoce el sentimiento del otro sin perder la propia identidad, mientras que en la identificación se asume el sentir del otro como propio.

El feed-back negativo

El feedback, ya sea positivo o negativo, es fundamental en cualquier interacción humana. Cuando «A» recibe comunicación de «B» y ajusta su comportamiento en consecuencia, se produce un feedback negativo. Por otro lado, el feedback positivo se manifiesta cuando se refuerza una tendencia. Por ejemplo, en una conferencia donde el conferencista habla rápido y las preguntas son abundantes, el aumento de la velocidad sería un ejemplo de feedback positivo. Por el contrario, si el conferencista disminuye la velocidad en respuesta al alboroto generado, estaría aplicando un feedback negativo.

El feedback negativo conlleva control y seguridad, siendo crucial para mantener la estabilidad del sistema. Esto es esencial, ya que un sistema desestabilizado corre el riesgo de autodestrucción.

Este concepto es especialmente relevante para comprender la interacción humana y la formación de la personalidad, dado que el proceso de aprendizaje está intrínsecamente ligado a él. En resumen, el feedback es uno de los elementos clave en la dinámica del aprendizaje y en la evolución de la interacción humana.

3 La crítica

Entre los modelos lineales de comunicación que hemos estudiado, el enfoque de Schramm se destaca notablemente por su énfasis en la retroalimentación o feed-back. Es, además, uno de los modelos más contemporáneos, lo que puede explicar la atención particular que presta a este elemento crucial de la comunicación.

La relevancia otorgada al feed-back en el modelo de Schramm refleja una comprensión más completa y dinámica del proceso comunicativo. Al reconocer la importancia de la respuesta del receptor en la comunicación, Schramm amplía nuestra comprensión más allá de la mera transmisión de mensajes lineales de un emisor a un receptor. En lugar de concebir la comunicación como un proceso unidireccional, Schramm nos invita a considerarla como un intercambio continuo y circular de información, donde la retroalimentación juega un papel fundamental en la efectividad y comprensión del mensaje.

El enfoque más contemporáneo de Schramm en relación con otros modelos más antiguos también sugiere una mayor sensibilidad hacia la complejidad y la dinámica de la comunicación en un mundo cada vez más interconectado y cambiante. En un entorno donde la retroalimentación instantánea y la adaptación son clave para la eficacia comunicativa, el modelo de Schramm ofrece una perspectiva actualizada y relevante sobre cómo entendemos y practicamos la comunicación en la actualidad.

Ejemplo

Supongamos que un profesor está dando una clase sobre un tema complejo a sus alumnos. El profesor, como emisor, codifica su mensaje de acuerdo a su experiencia y conocimiento del tema, adaptando la explicación para que sea comprensible para sus alumnos, quienes actúan como receptores. Durante la clase, los alumnos decodifican la información recibida basándose en su nivel de comprensión y experiencia previa.En este escenario, el feed-back es crucial. Los alumnos pueden hacer preguntas, expresar confusión o mostrar interés a medida que reciben la información.

El profesor, al recibir esta retroalimentación inmediata, puede ajustar su forma de comunicar, ofrecer ejemplos adicionales o repetir conceptos clave para asegurarse de que los alumnos estén comprendiendo correctamente.Este ejemplo ilustra cómo el modelo de comunicación de Schramm opera en un contexto educativo, destacando la importancia de la interacción entre emisor y receptor, la adaptación del mensaje a la audiencia y la retroalimentación constante para una comunicación efectiva.

Marco Antonio
Marco Antonio
Marco Antonio (Antonee Kiu) es un Analista de Sistemas con una profunda pasión por la fotografía y el diseño gráfico. Su talento para crear impactantes obras visuales lo ha llevado a fundar Gooova Studio, donde, además de ser redactor, canaliza su experiencia y creatividad para ofrecer soluciones innovadoras.

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