Imagina que eres un hamster en la rueda de estudio, dando vueltas y vueltas tratando de memorizar información. ¡Es agotador! Pero espera, ¿y si pudieras enseñarle a tu hamster interior un truco nuevo?. Bienvenido al Sistema Leitner, donde tu estudio se convierte en una carrera de obstáculos para las tarjetas de estudio. Piénsalo así: cada tarjeta es como un pequeño hámster que quiere llegar al final del laberinto del conocimiento.
Al principio, todos los hamsters (o tarjetas) están en la caja 1, justo en la salida del laberinto. Tú estudias una tarjeta y, si la hamster-tarjeta llega al final del laberinto sin problemas, ¡se mueve a la caja 2 para un laberinto más desafiante! Pero si el hamster-tarjeta se tropieza en el camino, ¡de vuelta a la caja 1 para entrenar un poco más!
La belleza del Sistema Leitner es que no estás corriendo en la rueda del estudio sin rumbo. Estás entrenando a tus pequeños hamsters del conocimiento para que se vuelvan más fuertes y ágiles a medida que avanzan por el laberinto. Y como buenos hamsters, ¡les das un poco de espacio para respirar mientras suben de nivel!
Entonces, la próxima vez que sientas que estás en una carrera sin fin en la rueda del estudio, recuerda que tienes a tus pequeños hamsters del conocimiento listos para enfrentar el desafío del Sistema Leitner. Porque, ¿quién dijo que el estudio no podía ser divertido y peludo?
¿Quien es Sebastian Leitner?
Nacido en 1919 en Salzburgo, Austria, Sebastian Leitner emergió como una figura notable no solo por sus contribuciones literarias, sino también por su intrépida resistencia ante los desafíos políticos de su época. Inició sus estudios de Derecho en la Universidad de Viena, pero su trayectoria se vio abruptamente interrumpida en 1938 debido a su firme oposición a la anexión de Austria al Tercer Reich. Esta postura lo condujo a enfrentarse con el régimen nazi, lo que resultó en su encarcelamiento en varias ocasiones.
Tras estos turbulentos episodios, Leitner se trasladó a Frankfurt, Alemania, con la intención de completar sus estudios. Sin embargo, su destino tomó otro giro cuando fue reclutado por la Wehrmacht y enviado a Rusia durante la Segunda Guerra Mundial. Allí, cayó prisionero y pasó años en campos de internamiento soviéticos. No fue hasta 1949 que pudo regresar a Alemania, donde comenzó su carrera como comentarista.
En sus primeros años como escritor, Leitner se dedicó principalmente a temas jurídicos y sociológicos, reflejando su formación académica en Derecho. Con el tiempo, su obra se diversificó para abarcar también áreas relacionadas con la ciencia, como la medicina y la psicología. Además, incursionó en la traducción, adaptando obras del francés al alemán, entre ellas «Gute Mutter (Buena Madre)» de Marie de Sales Chappuis y «Eine Welt zum Verlieben (Un mundo del que enamorarse)» de Michel Tournade.
Sin embargo, fue su libro revolucionario «So lernt man lernen (Aprender a aprender)» el que lo catapultó a la fama. En esta obra, Leitner popularizó su Sistema Leitner, una metodología de repetición espaciada que transformó la forma en que se aborda el proceso de aprendizaje. Su influencia se extendió aún más con la publicación de «So lernt man leben (Aprender a vivir)», otro texto que exploraba las complejidades del desarrollo personal y emocional.
Sebastian Leitner compartió su vida con Thea Leitner, una destacada periodista y autora austriaca. Su legado perdura más allá de su fallecimiento en 1989, recordado tanto por sus contribuciones intelectuales como por su valiente resistencia ante la opresión y la adversidad histórica.
¿Qué es el sistema Leitner?
En la búsqueda por desentrañar los misterios de la psicología del aprendizaje en los albores de la década de 1970, Sebastian Leitner se aventuró en una serie de experimentos que no solo buscaban enriquecer su propio potencial de aprendizaje, sino que también sentaron las bases para una metodología revolucionaria.
Leitner, valiéndose de una caja física especialmente diseñada, dio vida a su innovador enfoque. Esta caja, un ingenioso dispositivo con varios compartimentos, se convirtió en el epicentro de su investigación. En el primer compartimento reposaban las tarjetas didácticas recién adquiridas, aquellas que representaban conocimientos por descubrir. Estas tarjetas, o «flashcards», eran sometidas a un ciclo diario de repetición, constituyendo el punto de partida de un viaje hacia la memorización y el dominio.
A medida que las respuestas correctas se acumulaban, las tarjetas ascendían en la jerarquía de compartimentos. En cada nivel, el intervalo de repetición se ampliaba, concediendo mayor espacio temporal entre cada revisión. Este proceso ascendente reflejaba el progreso del aprendiz, asegurando que el esfuerzo se centrara en consolidar el dominio de los conceptos menos familiares.
El sistema Leitner, de esta manera, se desplegaba con una lógica simple pero efectiva:
- Las tarjetas respondidas correctamente avanzan hacia compartimentos superiores.
- El intervalo de repetición aumenta con cada nivel alcanzado.
- Las tarjetas con respuestas erróneas retroceden al compartimento inicial para reiniciar el ciclo de aprendizaje.
- La frecuencia de repaso se ajusta según el grado de dominio de cada tarjeta.
Este método permitía segmentar las tarjetas didácticas en grupos según su nivel de retención actual, enfocando el tiempo y la energía en aquellas áreas que requerían una atención más intensiva.
Aunque la simplicidad del sistema Leitner lo ha convertido en un componente estándar de numerosos softwares de tarjetas flash, no está exento de críticas y desafíos. Estos aspectos, minuciosamente explorados en el artículo «¿Qué es la repetición espaciada?», invitan a una reflexión más profunda sobre los límites y posibilidades de esta poderosa herramienta de aprendizaje.