En el ámbito del diseño gráfico y web, las palabras «tipografía» y «fuente» se utilizan con frecuencia, y en muchas ocasiones, se emplean como sinónimos. A pesar de que la mayoría de las personas suele referirse erróneamente a ambos conceptos como «fuente», no es realmente crucial corregir esta terminología constantemente. Sin embargo, es fundamental que un diseñador sea capaz de distinguir entre ambos términos, ya que comprender la diferencia entre tipografía y fuente puede enriquecer su práctica y elevar la calidad de sus proyectos.
Para aclarar la distinción entre estos dos conceptos, es útil pensar en la tipografía como un conjunto cohesivo de fuentes que comparten cualidades estéticas comunes. En otras palabras, la tipografía es un conjunto más amplio y organizado que engloba una serie de fuentes relacionadas. Por otro lado, una fuente se refiere a las diferentes variaciones de caracteres dentro de una tipografía. Estas variaciones pueden incluir diferentes grosores (como negritas o cursivas), tamaños y estilos (como itálicas), pero todas ellas forman parte de la misma familia tipográfica.
¿Qué es una tipografía?
«Helvetica, Open Sans, Poppins, Arial, entre otras, no deben ser consideradas fuentes, sino más apropiadamente tipografías, tal como mencioné previamente. Una tipografía engloba el conjunto de elementos de diseño que definen un estilo específico de caracteres. Estos elementos pueden abarcar desde la presencia o ausencia de serifa, la altura, el espaciado, el ancho de las letras, hasta cualquier otro ornamento estético. Entre las clasificaciones más reconocidas se encuentran las siguientes:
- Tipografías Serif:
Estas tipografías se caracterizan por tener remates o serifas en las letras. Las serifas son pequeños detalles decorativos que adornan los extremos de los caracteres, lo que a menudo les da un aspecto más formal y tradicional. - Tipografías Sans:
Por otro lado, las tipografías sans serif carecen de serifas, lo que les otorga un aspecto más limpio y moderno. Estas tipografías son conocidas por su simplicidad y legibilidad en pantallas digitales y proyectos contemporáneos.
Es importante destacar que la elección de una tipografía adecuada desempeña un papel fundamental en la estética y la comunicación de cualquier diseño. Cada estilo tipográfico tiene su propio carácter y propósito, por lo que comprender estas distinciones es esencial para tomar decisiones informadas en diseño gráfico y composición de textos.»
¿Qué es una fuente?
Ahora que hemos establecido la diferencia entre tipografía y fuente, es esencial comprender que una fuente se refiere al estilo específico de un texto en términos de tamaño y peso dentro de una tipografía dada. Estos ajustes pueden ser cruciales para lograr la estética y legibilidad deseadas en cualquier proyecto de diseño.
Para ilustrar este concepto, consideremos el ejemplo de las tipografías Helvética y Poppins. Como se puede apreciar, tanto Helvética como Poppins ofrecen diversas variaciones, y cada una de ellas se identifica mediante un nombre que denota su peso o grosor, como Bold (negrita), Regular (normal), Light (ligera), entre otros. Cada uno de estos nombres representa una fuente diferente dentro de la misma tipografía.
En otras palabras, aunque estas fuentes compartan la misma tipografía base, se distinguen por sus variaciones en el peso, lo que a su vez influye en su apariencia y legibilidad. Esta práctica es común en el diseño gráfico y editorial, ya que permite adaptar el estilo de un texto de acuerdo con la intención del diseñador y las necesidades del proyecto, asegurando coherencia visual mientras se juega con la jerarquía y el énfasis dentro del diseño.