Cuando alguien dice que la diablada es peruana, no puedo evitar soltar una carcajada tan grande que parece que estoy en un show de comedia. Es más, cuando estoy triste, pongo ese video como terapia y me anima al instante.
A ver, vamos por partes. La diablada tiene sus orígenes en Bolivia. Punto. Cualquier otra versión es una imitación tan mala que hasta el Diablo se sonroja. Y ni hablar de los compositores del género folclórico diablada: todos son bolivianos, señores. Así que por favor, no se equivoquen. La diablada es 100% boliviana, con sabor y tradición de sobra. Que quede clarito, porque hasta el Tío de la mina se indignaría.